Artículo de Ramon Espadaler, secretario general de Units per Avançar, publicado el dia 24 de junio de 2021 en La Vanguardia.

El día 19 de junio hizo cuatro años que presentamos la Declaració Fundacional de Units per Avançar. Con ella nacía un partido europeísta y catalanista, que aspira a un autogobierno de calidad, con suficiencia y estabilidad tanto competencial, como financiera, y con una clara voluntad de incidir lealmente en la política española. Un partido de inspiración democristiana que, como tal, defiende la igualdad en la dignidad de todas las personas y abraza la economía social de mercado. Un conjunto de coordenadas que nos invitan a asumir los objetivos de la Agenda 2030, tanto en su vertiente ambiental como en todo en lo que hace referencia a la igualdad real entre mujeres y hombres.

Desde entonces, hemos elaborado un cuerpo coherente de propuestas, trabajamos para arraigarnos en todo el país y hemos alcanzado presencia institucional. Hoy estamos presentes en el Parlament de Catalunya y en varios ayuntamientos, entre los cuales el de Barcelona, en el cual Albert Batlle ha asumido la tenencia de alcaldía de Seguridad. La extrema polarización que vivíamos el año 2017 nos empujó a suscribir un acuerdo con el Partit dels Socialistes de Catalunya, con el cual compartimos la necesidad de huir de las posiciones extremas ya sean rupturistas o inmovilistas, que tanto daño han hecho a nuestro país en estos años del llamado procés . Un acuerdo que ha dado frutos y que valoramos muy positivamente.

Hoy estamos a las puertas de la Convenció Nacional de Units per Avançar, un congreso el 10 de julio en el que escogeremos a una nueva dirección y trazaremos las líneas de actuación para los próximos cuatro años. Lo haremos en un contexto muy diferente de lo que vivíamos en el 2017. Estamos a las puertas de un nuevo tiempo que, en el ámbito de las relaciones Catalunya- España, vendrá marcado por la deseada distensión política. La concesión de los indultos a los políticos encarcelados a raíz de los hechos del otoño del 2017 es un paso valiente en la buena dirección que compartimos y aplaudimos tanto por razones de humanidad, como de concordia y reencuentro cívico. Un paso que permite devolver el debate Catalunya- España al terreno de la política del cual nunca debería haber salido. Por otra parte, la superación de la crisis sanitaria y de sus derivadas económica y social dibuja nuevas prioridades que exigirán sumar esfuerzos entre formaciones políticas diferentes. En este sentido, el aprovechamiento inteligente de los fondos europeos Next Generation constituye un reto de primer nivel. Nosotros estaremos ahí.

Estamos a las puertas de un nuevo tiempo en el que la normalidad pasará por recuperar del eje ideológico, sacrificado por el procés en beneficio del debate independentista. Un paradigma sustancialmente diferente de lo que vivíamos en el 2017 y que nos invita a cultivar el espacio hoy huérfano del catalanismo centrado. También aquí estaremos de forma activa, constructiva y propositiva.