«Veo posible un Gobierno de Miquel Iceta en minoría»
Líder de Units per Avançar –heredero de la extinta Unió– y ‘número 3’ por el PSC. Admite «diferencias» con los socialistas catalanes, pero ve necesaria su alianza con ellos para «no continuar en el camino del precipicio» ni bailar «el ‘mambo’ de la CUP»
Pregunta.–¿Cómo se gestó el pacto entre el PSC y su partido, Units per Avançar? La extinta Unió viene de lograr algo más de 100.000 votos en 2015 y no obtener representación.
Respuesta.–Nos penalizó algo que nunca vamos a criticar: la alta participación. Ahora estamos en un momento de cruce definitivo porque si seguimos por el camino independentista nos quedaremos sin país, romperemos del todo la fractura social existente, lo arruinaremos económicamente y lo desprestigiaremos a nivel institucional. La experiencia nos decía que en un momento de dificultad severa como éste debíamos coger otro camino: no podíamos abrazar la política del PP ni de Cs, y optamos por una opción desde el catalanismo que no es rupturista. Es lo que da sentido a nuestra alianza, que es sólo para estas elecciones.
P.–¿Cuántos de estos 100.000 votos de Unió cree que pueden redireccionar hacia el PSC?
R.–Hay un espectro mucho más amplio, más del doble, quizás el triple de personas [entre 250.000 y 300.000] que ve este espacio como imprescindible frente al independentismo y el inmovilismo del Gobierno.
P.–Justifica el pacto con el PSC por el momento excepcional, pero critica la aplicación del artículo 155 secundada por los socialistas.
R.–Nuestra tesis central es no a la DUI y no al 155. Su aplicación probablemente era evitable si Puigdemont hubiera convocado elecciones, como anunció. Respecto a la participación del PSOE, se puede mirar de muchas maneras y yo la entiendo como que hizo una aportación para minimizar algunos de los efectos y la contundencia del 155.
P.–¿Hay una operación Iceta para que gobierne, aunque no sea la lista más votada?
R.–Es un escenario que no se puede descartar en ningún caso, lo veo verosímil: un Gobierno de Miquel Iceta en minoría parlamentaria, con apoyos muy heterogéneos, teniendo que ganar las votaciones casi en cada pleno, pero que aporte estabilidad. Con las cifras que tenemos, es difícilmente factible. Si las incrementamos, es una realidad muy posible. Nos tenemos que situar por encima de los 30 diputados.
P.–Pero para formar ese Gobierno se necesitan unos apoyos y es muy distinto recibirlos del PP y Cs que de Esquerra y los comunes.
R.–Ahora no tenemos otra hipótesis postelectoral que no sea votar a Iceta como president. No debemos entrar en especulaciones porque las fórmulas pueden ser múltiples: abstenciones, grupos que decidan dar apoyo a un Gobierno pero que no se impliquen o sí… Lo que no haremos es una alianza política y de Gobierno con ERC, por mucho que renuncien a la vía unilateral. Es impensable. Y yo en estos momentos no veo un acuerdo de los constitucionalistas porque tenemos muchas diferencias con PP y Cs.
P.–¿Y si el bloque independentista obtiene mayoría absoluta?
R.–Una mayoría independentista no autoriza saltarse el marco legal vigente. De producirse, lo que habrán ganado son unas elecciones autonómicas al Parlament, no el derecho a la independencia o a la DUI.
P.–¿Cuál es su propuesta territorial para Cataluña?
R.–Una reforma de la Constitución que incluya el reconocimiento de Cataluña como nación, con derechos y garantías sobre aspectos diferenciales e identitarios como la lengua o la cultura, además de un nuevo acuerdo fiscal propio más justo pero también solidario.
P.–¿Ocurre algo en el PSC cuando dice que Cataluña es una nación?
R.–No sé si pasa o no, creo que se puede asumir con toda naturalidad. Pero nosotros no somos el PSC.
P.–Pero se presentan conjuntamente al 21-D.
R.–Desde el respeto por las diferencias que tenemos. Es mucho lo que nos une, pero también hay aspectos que nos separan. Ellos no asumen nuestro programa ni nosotros el suyo. Units per Avançar no se mueve hacia la izquierda ni el PSC hacia el centro.
P.–En la campaña de 2015 sí que criticó que los socialistas no reconocieran la singularidad catalana. ¿Cree que pueden haber contribuido en parte a haber llegado hasta aquí?
R.–Aquí todo el mundo tiene responsabilidades compartidas, pero quien ha abierto la posibilidad de una reforma constitucional seria ha sido el PSOE, que siempre ha dicho que el problema con Cataluña se debe resolver desde la política. Aquí no hay nadie que haya hecho las cosas bien y la situación requiere de autocrítica por parte de todos.
P.–Usted que formó parte de un Gobierno de CiU que se definía business friendly, ¿cree que ahora es el PSC el que cuenta con el apoyo del empresariado?
R.–El empresariado ha entendido que para Cataluña quien representa mejor el sentido común en estos momentos es Miquel Iceta.
P.–¿Ve a Cs como rival en ese terreno?
R.–Cs es desconcertante desde varias perspectivas. Ideológicamente, no sé nunca si es liberal o socialdemócrata. Respecto a Cataluña, tiene un origen que se explica con su hostilidad hacia la realidad en el caso lingüístico. No les veo capaces de conducir este proceso con una cierta tranquilidad. Lo que me preocupa es que el fuego del independentismo se vaya hacia las brasas del inmovilismo.
P.-¿Ha hablado con ex compañeros suyos de CDC tras anunciar su pacto con el PSC?
R.–Sí. He encontrado mucha más comprensión de la que me hubiera podido imaginar. Mucha gente convergente con responsabilidades históricas importantísimas aplauden en privado el pacto. La presión ambiental condiciona, no les influirá en el voto pero sí en significarse públicamente. Yo recibo muchos insultos del mundo independentista por haber escogido esta opción y no tengo derecho de pedir a nuestros futuros votantes que hagan ostentación. Esta gente ha entendido la excepcionalidad del momento y del pacto. Les pasa como a mí, que en su vida habíamos cogido una papeleta del PSC.
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